Foro Internacional «Comunicación política en la era de las redes»

María Fernanda Ruiz

07 de Mar de 2022

Mueve América Latina en México

Las intervenciones de Minerva Citlalli Hernández Mora (México), Rosa Miriam Elizalde (Cuba), René Ramírez (Ecuador) y María Fernanda Ruiz (Argentina).

Mueve América Latina estuvo presente en el Foro Internacional de Comunicación Política en la Era Digital, que se desarrolló en mayo de 2019 en el Auditorio Octavio Paz del Senado de la República de México.

En el Foro Internacional de Comunicación Política en la Era Digital, participaron referentes internacionales como René Ramírez, ex Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología (Ecuador), Tristán Bauer, ex director del Sistema Nacional de Medios Públicos  (Argentina), Héctor Díaz Polanco, Presidente de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de MORENA (México), Carlos Zannini, ex Secretario Legal y Técnico de la Presidencia (Argentina), Paola Pabón, Prefecta Electa de Pichincha (Ecuador), César Hernández Paredes, Director General de Neurona Consulting (México), Rosa Miriam Elizalde, Vicepresidenta Primera de la Unión de Periodistas de Cuba (Cuba),  María Fernanda Ruiz, Coordinadora de la Comisión de Comunicación Digital y Convergencia del Instituto Patria (Argentina), Renato Rovai, editor de la revista Forum (Brasil), Pedro Santander, Investigador Responsable del proyecto Demoscopia Electrinica del Espacio Público (Deep) Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile).

Con la senadora Citlalli Hernández Mora como anfitriona, se sucedieron paneles y exposiciones donde especialistas de toda la región pudieron presentar sus análisis en torno a los temas que originaron la convocatoria. En la segunda jornada se realizó el panel «Comunicación política en la Era de las Redes». Allí pudimos escuchar a la Dra. Rosa Miriam Elizalde de Cuba, especialista en técnicas de comunicación política digital, periodista y ensayista, fundadora de “Cuba debate” y vicepresidenta de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Federación Latinoamericana de Periodistas. Formaron parte del panel también Renée Ramírez, académico y economista ecuatoriano que se ha desempeñado como Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, Secretario de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación (Ecuador). Y la comunicadora y docente María Fernanda Ruiz de Argentina, experta en convergencia digital y comunicación política digital, responsable de comunicación política de varios procesos electorales y proyectos en la región.

Rosa Miriam Elizalde reflexionó sobre algunos conceptos en torno a la comunicación política digital como un proyecto regional, partiendo de que las llamadas “redes sociales” son solo el 10% de lo que denominamos “La Red”, y de la existencia de “nuevas comunidades” a partir del advenimiento digital. Además, tuvo especiales consideraciones sobre el concepto de tecnopolítica en el contexto del escenario político comunicacional de América Latina, en el que se desarrollan las disputas de sentido. También abordó la relación desfavorable de los proyectos nacionales y populares para esta disputa en términos de propiedad de plataformas, datos y tecnología.

En este sentido, presentó una serie de propuestas para avanzar de forma regional en la construcción de un nuevo escenario, destacando que “es improbable que un país del sur por sí solo, y mucho menos una organización aislada, puedan encontrar recursos para desafiar el poder de la derecha que se moviliza a la velocidad de un clic en jornadas electorales o en escenarios de crisis, como hemos visto en días recientes en la ofensiva de EE.UU. contra Venezuela, Cuba y Nicaragua. Pero un bloque de profesionales, organizaciones, movimientos y gobiernos de izquierda tendría mayor capacidad de desarrollar niveles de respuesta, por lo menos para afirmar soberanía regional en algunas áreas críticas, lo que permitiría más poder de negociación frente a las potencias en inteligencia artificial y big data, y en sus empresas. Además de desafiar las instancias globales donde se definen las políticas de gobernanza”.

Por su parte Renée Ramírez tituló su exposición “Las dictaduras democráticas: autoritarismo neoliberal en tiempos del big data”, indicando que en muchos países de la región vivimos en una “pseudo-democracia donde no se garantiza la libre competencia electoral ni el debido proceso”. Como ejemplos citó a Brasil y Ecuador, “donde las famosas libres competencias se redujeron a su mínima expresión”, donde se pudo ver que “si Lula se hubiese presentado nunca hubiera llegado Bolsonaro” o cuando “a la Revolución Ciudadana le quitaron el partido con argumentos absurdos, y se le impidió que compita en el proceso electoral”.

Advirtió, asimismo, que “la derecha ha descubierto que como nuestros procesos el único poder que tienen es la voluntad popular, les queda intervenir con las instituciones menos democráticas de los estados: el Poder Judicial y los medios de comunicación, que son el factor de la intersección entre las dictaduras democráticas y el autoritarismo neoliberal”. Con estas estrategias buscan “la muerte de la política, que es lo único con lo que contamos quienes buscamos llevar adelante transformaciones sociales”.

Al repensar el modelo productivo actual, Ramírez indicó que debemos hablar del “extractivismo info-cognitivo en el marco de un nuevo proceso de acumulación originaria, que está en función de los datos y de la información”. Explicó también que “es necesario repensar una ingeniería estatal completamente diferente donde se ponga en el centro de debate el rol que juegan los medios de comunicación”. Al caracterizar este nuevo neoliberalismo, lo que más le preocupa es que “en los 70 tenían muy poca legitimidad los gobiernos dictatoriales, en cambio ahora existe una defensa también social de estos procesos, por lo que se habla de un fascismo social”. 

Enfatizó en la necesidad de “seguir reflexionando sobre lo que hicimos mal en la década ganada para no volver a repetirlo”, teniendo en cuenta que “nuestros gobiernos progresistas no llegaron a desbaratar al neoliberalismo en su esencia subjetiva, creímos que el cambio en la materialidad llevaba a un cambio en la subjetividad, pero tendría que haber sido contrahegemónico y terminó siendo prohegemónico”, por lo que “no logramos destruir su esencia que es el anti-igualitarismo y la meritocracia”. «Necesitábamos potenciar la sinergia entre esas fortalezas y trascender las cámaras de eco en las que nos escuchamos solo a nosotros mismos sin alcanzar a empatizar con los sectores más alejados de la política», agregó.

En cuanto al manejo de la información, explicó que “la derecha tiene muy claro que con el análisis de big data construye las nuevas municiones semánticas para ganar los procesos electorales”. Y focalizó en la necesidad de una soberanía de contenidos, ya que “Argentina es el único país que tiene una balanza positiva comercial en términos de las industrias culturales”, lo que lleva a la necesidad de construir “nuestro Netflix” ya que “vemos más cine norteamericano que cubano, argentino o mexicano”. Indicó, además, que “no podemos darnos el lujo en este capitalismo cognitivo de cometer el error de tener todos nuestros datos depositados en una ciudad llamada Miami”. 

Finalizando su participación retomó el debate en torno a los medios de comunicación, al explicar que “no tenemos la fuerza y la potencia para distribuir esa otra información” que no está presente en los medios hegemónicos. Y focalizó en la necesidad de “repolitizar la política y volver a esperanzar y movilizar a la sociedad”, buscando “recuperar la ética de la política”  

María Fernanda Ruiz inició su intervención preguntando (se y nos) “¿cómo vamos a hacer desde el campo popular para redefinir la relación estratégica entre la política, la comunicación y las tecnologías”. En este sentido, identificó cinco problemas que tenemos al interior de los proyectos del campo popular regional: 1) En una primera instancia subestimamos el poder de la derecha y del neoliberalismo en su construcción de sentido en la territorialidad digital pero una vez que comprendemos su magnitud pasamos a sobreestimar sus potencialidades, y eso nos paraliza. 2) Descalificamos la dimensión estética de nuestros propios discursos, y por lo tanto no ponemos en juego nuestras emociones y nuestra subjetividad en términos políticos. 3) Desde “La política” hemos subestimado a la comunicación, y luego desde la comunicación y la política subestimamos a la tecnología en términos de herramienta necesaria para los procesos de soberanía. 4) No potenciamos desde estructuras y procesos de articulación la unidad del campo popular. 5) Nos ha costado “escuchar” antes de “hablar”. Necesitamos comprender otras visiones de la realidad para intervenir de manera más eficiente.

La segunda parte de su intervención, y ante la pregunta de “qué hacer” frente a este escenario, estuvo dedicada a proponer cinco ejes de trabajo, consistentes en 1) la lectura de escenarios político comunicacionales, 2) la formación en comunicación política digital y tecnología con el objetivo de habitar políticamente el territorio digital, 3) el desarrollo de soberanía tecnológica como condición para la soberanía política, 4) la producción de contenidos y plataformas de comunicación que conciban un modo dialógico de la comunicación que interpela en nuestro tiempo histórico y 5) el desarrollo y fortalecimiento de procesos de articulación digital en el territorio político digital. 

Cerró manifestando que “nuestra lucha por la vida es inclaudicable, nos han matado muchas veces y sin embargo hemos vuelto muchas veces. Lo vamos a hacer hasta la victoria. Siempre”.